Sobre la confiar en tu confianza
Antes de empezar a escribir, suena Lola Flores. Una de esas mujeres que aparecen en mi mente cuando pienso en la palabra confianza. ¿Cómo logran estas personas confiar tanto en sí mismas?
Primero, tienen una autoimagen sólida y positiva. Esto significa que no se condenan a sí mismas; evitan la culpa y no se juzgan ante los errores. No están a la defensiva, ni necesitan demostrar que siempre tienen razón. En el fondo saben que todos estamos equivocados. Esa es la verdadera prueba de que han aprendido a crear una atmósfera amorosa dentro de sí mismas.
Desconfiar de uno mismo es, en realidad, un mensaje silencioso que les dice a los demás: “No confiaré en ti”. Y aquí empieza el enredo… ¿Cómo puedes confiar en tu confianza si, en primer lugar, no confías en ti mismo? Aunque lo percibamos como conceptos separados, la autoconfianza y la confianza en los demás viven bajo el mismo techo.
Cuando la confianza básica está presente, será difícil que desconfíes, a menos que alguien haga un esfuerzo profundo por quebrantar esa confianza. Incluso entonces, la desconfianza será la excepción, no la regla. Podrás perder la confianza en esa persona específica, pero no en el mundo ni en ti mismo.
Ahora bien, ¿por qué algunas personas desconfían de todo y de todos? Porque esa confianza básica faltó. La desconfianza se convierte en su cualidad fundamental, un reflejo.
En tiempos antiguos, la confianza —shraddha— era una cualidad simple y natural. La gente confiaba en sí misma, en los demás y en la vida. Hoy, restaurar esa confianza básica se convierte en un viaje esencial hacia la autoaceptación y la sanación. No es un proceso rápido y mucho menos sencillo, pero sí necesario para poder avanzar en el camino creyendo en ti.
Si necesitas apoyo en este proceso, agenda una consulta gratuita de 15 minutos. Juntos revisaremos tus necesidades y exploramos cómo puedo acompañarte en este camino.
EAM